martes, 26 de abril de 2011


Tendré que respirar hondo y seguir mi camino… no puede ser…

La sensualidad se encuentra en cualquier lugar, en la calle, en un supermercado, en un partido de fútbol, tenis, baloncesto… en la playa, en la universidad o incluso en una estación de trenes.

La cosa es que cuando ves a esa persona que provoca en ti que tus niveles de dopamina suban desmesuradamente hace que sientas esa sensación de querer besarlo/a, o cuando sabes que si no controlas tus pensamientos e impulsos pueden llevarte a hacer cualquier idiotez. Con la llegada de la primavera la gente se revoluciona, y los niveles de seducción aumentan por momentos, además también aumentan las ganas de ser seducidos. El problema está en cuando ves a la persona que es capaz de producir todas esas cosas en ti, aparece en escena, sea donde sea como ya he dicho antes… pero ¿qué más da el lugar donde te encuentras?. Lo que importa es que esa persona es la que te lo produce. Empiezas a fijarte en sus gestos, su pelo, su cara, ojos, cuerpo, su mirada, y si puedes intentas hurgar en su vida. Para saber si está libre o no.

El juego de la seducción es apto para cualquier persona y de cualquier edad, desde los más pequeños hasta los más mayores, “todo está permitido en el amor” cuantas veces habré escuchado esa frase yo a lo largo de mi vida y soy muy joven… La cosa es que tiene razón, todo, esa palabra que se refiere a TODO lo que te rodea y lo que no… En el amor TODO es posible, TODO está permitido, ¿cuántos matrimonios de 25 años se han roto porque a uno de ellos se “le acaba el amor”? ¿Cuántos dijeron adiós, y luego hola de nuevo?, ¿cuántos dijeron nunca estaré con ella/él y luego se tragaron una a una sus palabras?... Estas son algunas de la muchas historias que se han dado, historias aparentemente “imposibles”, pero que se han dado… y en todas han estado presente el amor y la seducción.

No puedes resistirte, lo sabes, aunque pongas tierra, tiempo, pensamientos de por medio para evitarlo, sabes que no puedes. Que su cara, su pelo, sus ojos, sonrisa, lunares de la cara, su cuerpo, sus gestos, TODO él /ella se ha apoderado de cada pensamiento, mirada, gesto, intención tuya, lo sabes eres preso de su sensualidad, de su seducción. No tengas miedo a la seducción, a la sensualidad, somos seres sexuales y sociales, y esa persona te llama, contesta a tu naturaleza, y disfruta viviéndola, porque es lo que te hace sentir vivo día a día.

jueves, 21 de abril de 2011

Las normas pierden su sentido.

¿Quién decide que es lo bueno o malo?, ¿quién decide lo que está bien y lo que está mal?...
El umbral de bondad o maldad, lo pones tú, y sólo tú. Porque al fin y al cabo en una situación de emergencia, de vida o muerte, o pasional, la gente hace siempre lo que le viene en gana, saltandose a la torera cada ley, moral y jurídica. No por eso quiero decir que hay que hacerlo siempre... pero, claro, intentar explicar el porque se actua como se actua en diversas situaciones es como querer explicar el sentido de la vida. No se puede saber el final de algo que está en proceso. No se puede saber que decidiriamos en una situación como las de antes nombradas...
No puedo, ahora no puedo decidirme ante lo que está bien y lo que está bien... Porque cada día tengo menos claro que está bien y que está mal... Cada día diferencio menos entre el bien y el mal... Ahora sé que lo que estaria mal hacer, es lo que a mi me haria feliz, y si no lo hiciese sería lo acertado.
El fín es ganar o perder. No se puede tener todo. Por eso hay que elegir quien gana y quien pierde.
Eso no sé como se consigue, una vez me dijeron que luchando se conseguía, pero eso son sólo leyendas. Aunque luches las cosas se mantienen como están, igual el método usado en la lucha es malo, igual soy yo, o que no lo deseo con tanta fuerza, o es que simplemente la vagueza y el pasotismo se apodera de mí en cada lucha, en cada batalla.

Estoy en el lugar donde las normas pierden su sentido. Ahora no puedo hablar de moral, no puedo hablar de legalidad, no puedo ser justa.